Varios libros ya descatalogados pretenden explicar a lectores crédulos como enseñar a sus perros a leer. Se preparan unas cartulinas, similares a las láminas ilustrativas que se usan en los colegios para enseñar a los niños a leer. En una puede poner HUESO, en otra AGUA. etc. En teoría, el perro aprenderá que, si quiere su hueso, debe acercarse a las cartulinas, leerlas, elegir la que tiene la palabra HUESO y llevársela. O también puede leer las cartulinas y llevarle la correcta cuando le pregunte: ¿ TE APETECE UN HUESO? Pero, en realidad, ¿ puede su perro aprender a leer? No cuente con ello, pero si le apetece tomar el pelo a sus amigos y le divierten estas cosas, juegue al colegio con su perro y enséñele a “leer”.
Confeccione unas cuantas cartulinas que tengan las siguientes palabras: HUESO, QUESO, PASEO, GOLOSINA. Deberá enseñarle las cartulinas de una en una (porque, de hecho, aprenderá las cartulinas, no las palabras). No las mezcle y trátelas con cuidado. Cada cartulina estará impregnada de un aroma específico que el perro asociará con la recompensa que le dará por «leerla». Frote la cartulina HUESO con una deliciosa taba grasienta. Elija un color para las cartulinas que disimule las manchas. Y si no, échele la culpa al pobre perro. Luego impregne la cartulina QUESO con aroma de queso. Recuerde que el olfato canino es mucho más eficiente que el nuestro, no hace falta apestar toda la casa para enseñar al perro a leer. La cartulina GOLOSINA puede oler a uno de los manjares favoritos de su perro: mortadela, chocolate, pizza… En cuanto a la cartulina PASEO, lo dejamos en manos de su imaginación: aroma de césped de pino, de calcetines usados… servirá cualquier cosa asociada con el paseo. Cada cartulina deberá guardarse en un archivador aparte; no las guarde todas juntas para que no se mezclen los olores. Ahora enséñele al perro qué palabra va con cada aroma, de una en una. Por supuesto, si quiere que el perro se acerque a la cartulina adecuada y, además se la traiga, deberá dominar el truco de cobro.
Existen varias formas de enseñar esta habilidad. La más fácil es como variante de la orden HUELE. ¡BUSCA! Deje que el perro huela el queso. Dígale: BUSCA EL QUESO. ¿QUIERES UN POCO DE QUESO? Anímelo a buscar. Cuando olfatee la cartulina correcta, felicítelo y dígale: CÓGELO. Ahora retroceda, llámelo para que le lleve la cartulina, cójala, elógielo por el trabajo bien hecho y déle un poco de queso. Con esta motivación, no tardará en sacar calificaciones sobresalientes.
Pronto podrá colocar las cuatro cartulinas alineadas y, planteando bien la pregunta, el perro le llevará la cartulina correcta. Ahora ya ha asociado los aromas con las nuevas palabras. A VER, ¿QUÉ COMBINA CON EL JAMÓN? La cartulina QUESO. ¡Muy bien! Entre los dos dejarán pasmados a sus invitados. Dirija el juego a su manera. Enseñe al perro a coger la cartulina QUESO con la palabra JAMÓN. También podría traer la cartulina PASEO cuando le pregunte: ¿QUÉ HACEMOS CUANDO SE AVERÍA EL COCHE? Esto puede resultar muy divertido, no lo dude.
Pero ¿y si nos hemos equivocado? ¿Y si su alumno canino aprende a leer de verdad? Bueno, así es la vida. Dígale a su perro que nos escriba una carta. Cualquier perro que aprenda a leer, sin duda también podrá aprender a escribir, o al menos podrá dictar. Preguntele ademas a su perro si quiesiera formar parte del equipo der Aperrados
Fuente: Trucos Caninos, Capitán Artur J.Haggerty y Carol Lea Benjamin