¿Por qué iba usted a querer que su perro salte al coche? Si es usted un adiestrador profesional y exhibe las habilidades del perro, sería un final espectacular para su actuación. Si no es este el caso y tan solo ha enseñado esta habilidad a su perro por pura diversión, puede dejar a los transeúntes de la calle boquiabiertos cuando le ordene al animal SALTA AL COCHE, asegurándose, por supuesto, de que la ventanilla esté abierta del todo. Verán cómo entra de un salto por la ventanilla y creerán que su perro es capaz de hacer cualquier cosa que le pida. Por otro lado, ¿tiene algún aspecto práctico este truco? Podríamos decir que sí. Pongamos por caso que tiene un coche familiar o con portón trasero. Si su perro pesa 35 kg, seguro que no le apetece cogerlo en brazos para subirlo al coche. Si ha llovido y el perro tiene que entrar al coche por la puerta delantera y pasar por encima de todos los asientos hasta llegar a su sitio, los ocupantes del coche terminarán sentados sobre el barro que haya dejado. Así que la orden SALTA AL COCHE puede ser una solución ideal. Con muy poco trabajo, quedará como un experto adiestrador canino.
Sin ánimos de confundirle, lo más fácil será que primero enseñe al perro a saltar fuera del coche y que luego aprenda a entrar. Asimismo, antes de empezar, asegúrese de diferenciar la orden normal AL COCHE de la orden SALTA AL COCHE; no queremos que, con las prisas, un día el perro dé un salto contra la ventanilla cerrada. Es importante distinguir bien las dos órdenes, enfatizando con claridad la palabra SALTA.
Empiece a trabajar con el perro sujeto con la correa. Ya lo ha educado en obediencia y domina varias habilidades, por lo que es un alumno aplicado que sabe escuchar. Pídale que entre AL COCHE. Luego, baje la ventanilla por completo y pase la correa a través de la abertura. Ahora, llámelo con energía para que salte afuera. Puede ayudarle un poco con la correa, pero no lo arrastre hacia usted. Es posible que primero asome la cabeza para comprobar la zona de aterrizaje, pero, en principio, no debería costarle saltar fuera del coche. Repita el ejercicio varias veces, felicitándolo al final siempre. Luego, proceda a la inversa. Con la ventanilla abierta por completo, dé unos golpecitos en el coche, cerca de la ventana y déle la orden SALTA AL COCHE. De nuevo, es posible que primero quiera asomarse para comprobar qué hay al otro lado. No se lo impida. Incluso es posible que realice algunas salidas nulas. Si lo ve muy inseguro, puede enseñarle primero a saltar a través de un aro, puede serle de gran ayuda. Ahora, haga que tome carrerilla. Al aproximarse al coche, dígale: SALTA AL COCHE, e impúlselo un poco con la correa. Felicítelo y, como premio, déle un paseo en coche.
Si tiene un coche familiar o con portón trasero, pida a uno de sus hijos que se siente en la parte de atrás con unas galletas para perros. Abra el portón al máximo y dígale al perro: SALTA AL COCHE, BUSCA A LAURA. Esta puede llamar al perro y enseñarle las galletas. A no ser que se trate de un perro miniatura o de un espécimen muy bajo y largo, seguro que obedece. Practique este ejercicio cuando le apetezca darle un paseo en coche, así recibirá una doble recompensa. ¿Y qué ocurre si el perro es demasiado pequeño? Antes de realizar este ejercicio debería enseñarle a subir por una escalera.
Fuente: Trucos Caninos, Capitán Artur J.Haggerty y Carol Lea Benjamin