Aparte de conocer sus nombres, unas cuantas órdenes básicas y palabras realmente emocionantes como «vamos» o «galletas», la mayoría de perros se pierde con las palabras. No es que no sean capaces de aprender más palabras, sino que algunas personas piensan que no les hace falta saberlas. Pero enseñar a su perro una serie de órdenes puede tener ventajas para ambos, pues les será más fácil la convivencia y él disfrutará haciendo cosas para complacerle.
«La capacidad de un perro de aprender vocabulario es ilimitada», afirma Liz Palika, adiestradora de Oceanside, California. Su pastor australiano, Ursa, aprendió más de 150 vocablos en sus 13 años de vida. Cuando tiraba de un carro, Ursa sabía seguir instrucciones como «tira con cuidado», «con fuerza», «rápido», «a la izquierda», «a la derecha», «da la vuelta».
«Como yo iba siempre detrás de ella o llevaba las manos ocupadas, no podía verme ni leer mis gestos», explica Palika. «Tenía que guiarse por mi voz y mis palabras.»
Ursa era más que una perra de carga. También respondía a órdenes como «busca las llaves del coche», «llévale este destornillador a Paul» y «dame el mando de la tele».
Vocabulario básico
Por supuesto, la mayoría de los perros nunca podrá hacer un crucigrama y, aunque sus dueños se emocionen con la idea de ampliar su vocabulario, es más factible que aprendan entre seis y ocho palabras que varios cientos. Las palabras que escoja son decisión suya, aunque hay cinco que todo perro debería conocer: «siéntate«, «quieto«, «ven«, «anda» y «baja«.
«Es mucho más fácil convivir con un perro cuando conoce las órdenes de obediencia básicas», afirma Palika. Se sienten más seguros, porque saben exactamente lo que se les dice y es menos probable que salten sobre uno en cuanto abra la puerta o que ignoren nuestra llamada porque están cazando una ardilla.
«Las palabras en sí no son importantes -añade Palika-, siempre que el perro reciba el mismo mensaje.» Uno de sus estudiantes, por ejemplo, tenía un restaurante italiano y utilizaba varias palabras para designar la pasta como órdenes. Por ejemplo, lasaña significaba «anda» y espagueti, «quieto». «Estaba bien como truco siempre que no olvidara a qué orden se refería cada plato de pasta», dice Palika. «Si su perro salía volando por la verja delantera, debía recordar gritar “espagueti” o el perro no se detendría.»
Ampliación de conocimientos
Los perros siempre están dispuestos y felices de complacernos. Son capaces de aprender palabras nuevas muy rápidamente y muchas personas deciden ampliar su vocabulario. Satisface que un perro se siente o tumbe cuando se le ordena, pero es mucho más divertido que entienda expresiones como «di adiós con la pata».
«Enseñar palabras no resulta difícil siempre que uno tenga paciencia y se tome tiempo para vincular claramente palabras y acciones», dice Palika. Aquí tiene algunos consejos útiles.
Enséñele cuando esté relajado.
Adiestre a su perro cuando esté relajado, pero no adormecido, por ejemplo, después de un buen paseo.
Use algunos trucos.
Empiece a entrenar a su perro sosteniendo en la mano algo que le guste: una galleta, pelota de tenis o cualquier cosa que le llame la atención. Úsela para premiarle cuando logre lo que se propone. Imagine que le está enseñando a traerle el mando de la televisión. Póngalo en el suelo, delante de él, y utilice el premio para guiar su hocico hacia abajo mientras le dice «dame el mando: husmee el mando o le dé un golpecito, elógielo y déle el premio. Repita la operación cuatro o cinco veces.
Enseñanza divertida.
Dado que los perros aprenden mejor cuando se divierten, es mejor convertir las sesiones de adiestramiento en un Juego que en trabajo. Siempre que su perro entienda que haciendo algo lo complace, lo hará.
«Una vez haya aprendido las palabras, el tono de voz con que las pronuncie no importará demasiado», comenta el Dr. John C. Wright, experto en conducta animal y catedrático de psicología en la Mercer University de Macon, Georgia, y autor de The Dog Who Would Be King.
Elogie lo bueno, ignore lo malo.
«Los perros aprenden mejor si se los elogia cuando hacen algo bien, pero se disgustan si se les castiga por hacer algo mal», dice el Dr. Wright.
Sea coherente.
Algunos perros aprenden órdenes complicadas en tan sólo unas horas, mientras que a otros puede llevarles semanas. Pero todos los perros aprenden mejor mediante la repetición. Si practica unas cuantas órdenes varias veces al día, poco a poco relacionarán las palabras con la acción y la acción con el premio. «Siempre que se premie a un perro por algo, lo repetirá», afirma Jeff Nichol, veterinario con consulta privada en Albuquerque, Nuevo México.
Fuente: El Lenguaje Canino; Matthew Hoffman
Es abierto todo lo que dice esos consejos para unos perros es lo que yo le enseño a mi perrita Tabata que la amo con todo mi corazón la amo mi áloe.