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Los perros observan a las personas mucho más atentamente de lo que las personas nunca llegarán a observarles a ellos. Deberá vigilar su lenguaje corporal para evitar transmitirle a su perro un mensaje erróneo.
¿Ha tenido un mal día en el despacho? Su perro lo sabe en cuanto entra por la puerta. Del mismo modo que usted puede saber lo que un perro siente por la postura y el modo de mover la cola, su lenguaje corporal -los cientos de posiciones, gestos y expresiones faciales que hace inconscientemente a todas horas- dice mucho de su humor e intenciones.
Algunas pistas son bastante evidentes. No hace falta ser Einstein para saber que si entra en la cocina o coge la correa, algo bueno está a punto de pasar. Pero los perros tienen una capacidad tremenda de discernimiento. Son capaces de percibir instantáneamente cosas que las personas nunca notarían, como cambios momentáneos de postura o una mirada de soslayo. Con sólo mirarle, su perro puede decir si está triste o contento, si quiere jugar o si le molesta que el cubo de basura esté a punto de desbordarse.
«Los humanos tenemos un vocabulario verbal amplio y maravilloso, que, en su mayor parte, es como un libro cerrado para los perros, por lo que estos otorgan gran importancia a las señales físicas», explica Steve Aiken, experto en conducta de Wichita, Kansas. De hecho, conocen tan bien el lenguaje corporal que en ocasiones reciben mensajes involuntarios. Muchos malentendidos hogareños podrían evitarse si fuéramos un poco más conscientes de las señales que emitimos.
Un caso típico: usted se arrodilla a cuatro patas en el suelo buscando desesperadamente una alianza que acaba de caérsele o un tornillo insustituible y su perro se vuelve loco y empieza a saltarle sobre la espalda, a correr en círculos y a ladrar hasta ensordecerle. Jugar es lo último en lo que usted piensa, por lo que le habla con brusquedad y lo aparta con el brazo y él se escabulle decepcionado. Su perro ha malinterpretado el mensaje, pero por una buena razón. Cuando un perro quiere jugar con otro, suele inclinar la parte delantera y apunta con la parte trasera hacia arriba. «Es lo que se conoce como una reverencia juguetona y es exactamente lo que él creía que usted hacían», explica la Dra. Melissa Shyan, experta en conducta animal y profesora adjunta de psicología en la Butler University de Indianápolis, Indiana.
Otro ejemplo: cuando las personas mantienen una conversación tensa por teléfono, su voz se torna áspera y su respiración, fatigosa. Los perros identifican estas señales de estrés y, en ocasiones, pueden mostrarse ansiosos, en particular si creen que ellos son los causantes de la angustia de su amo. Si esto ocurre varias veces, pueden empezar a asociar el teléfono con la ansiedad y entristecerse siempre que su amo descuelgue el auricular.
No es práctico (ni necesario) preocuparse constantemente por cómo interpreta su perro sus expresiones faciales o lenguaje corporal. La mayoría de los perros, como las personas, no se enfadan por un pequeño malentendido. Pero, si sospecha que el comportamiento de su perro ha cambiado por algo que usted ha hecho, merece la pena prestar atención a las señales que le ha estado enviando. «Uno mismo debe ocuparse de deshacer el malentendido si cree que su perro ha malinterpretado su lenguaje corporal», dice la Dra. Deena Case-Pall, psicóloga y experta en conducta animal de Camarillo, California. «De otro modo, el perro continuará asociando esta acción con su primera impresión.»
¿Cómo aprenden a leernos?
Del mismo modo que los niños no tardan en interpretar las pistas de sus padres, los perros utilizan el talento de observar a sus propietarios. Después de todo, son ellos los que les dan la comida y controlan la puerta que da al patio; y son quienes deciden cuándo es hora de jugar y cuándo de portarse bien. Los perros disfrutan más de la vida cuando ésta es predecible, y no hay ningún modo mejor de predecir lo que está a punto de ocurrir que observar las señales tácitas de sus amos. Con el tiempo, los perros desarrollan una capacidad asombrosa de leer e interpretar esas señales. Tienen una capacidad sorprendente de anticipar qué va a pasar. De hecho, en ocasiones, saben antes que usted cuál va a ser su próximo movimiento.
Dado que esta «lectura del pensamiento» sólo puede repercutir en un mayor vínculo entre las personas y sus mascotas, Aiken recomienda alentarla siempre que sea posible. La próxima vez que su perro se aparte en cuanto usted haga el mínimo gesto de ir en su dirección, felicítelo por su habilidad de anticiparse a sus movimientos, aconseja. Con ello, lo invitará a examinarlo más de cerca; poca a poco su perro irá agudizando su capacidad de observación y será difícil pillarlo por sorpresa.
La observación es algo natural en los perros. Cuando vivían en manadas, cada perro debía saber qué hacían sus compañeros y qué significaban sus movimientos. En los miles de años de domesticación, los perros han perdido indudablemente algún instinto de supervivencia, pero no la capacidad de observación, dado que esta habilidad les sigue siendo útil hoy en día.
Aunque los perros poseen unos sentidos muy agudos, su interpretación de las expresiones faciales y movimientos humanos es algo limitada. Al margen de lo atentos que estén, les es imposible pensar como una persona. «Recurren a los signos de comunicación de su especie para interpretar nuestros movimientos y patrones de comportamiento, explica la Dra. Barbara Simpson, experta en conducta animal de Southern Pines, Carolina del Norte. Así, se centran básicamente en las señales similares a las usadas por otros perros y en las que consideran importantes para su supervivencia. «Los perros recuerdan situaciones en las que se han sentido heridos y vigilan que no vuelvan a producirse», dice la Dra. Shyan. «Pero generalmente sólo quieren pasarlo bien, por lo que nos contemplan en busca de alguna señal indicativa de que su vida será más feliz.»
Uso eficaz del lenguaje corporal
Aunque los perros nunca aprenderán a hablar castellano o un lenguaje de signos y las personas no llegarán a comunicarse tan expresivamente como los perros mediante el lenguaje corporal, normalmente no resulta tan difícil utilizar el cuerpo, la cara y los movimientos de la mano para transmitir mensajes algo más claros o, al menos, para evitar enviar señales erróneas que los perros sin duda malinterpretarán.
La postura
Las personas erguidas con la espalda y la cabeza recta comunican al mundo que se sienten seguras. Esta seguridad en ellos mismos les merece el respeto del resto de personas y de los perros.
Combine una postura segura con un paso enérgico y decidido y los perros asumirán rápidamente que se trata de una persona poderosa, que se hará cargo de todo. Responden de manera inmediata, porque han visto a perros seguros -que ocupan los estamentos más elevados de la jerarquía- actuar de modo similar.
Movimientos con las manos y brazos.
Las personas movemos mucho las manos y los brazos cuando hablamos o expresamos nuestros sentimientos e, intuitivamente, entendemos lo que significa cada movimiento. Colocar la mano sobre la cabeza de otra persona, por ejemplo, la hace sentir vagamente amenazada, mientras que estar de pie con los brazos abiertos nos hace parecer amigables y hospitalarios. Los perros reaccionan a ambos gestos de modo similar. No les gusta que los desconocidos les den palmaditas en la cabeza. Entre los perros, este tipo de contacto se considera provocador e, incluso, una invitación a la lucha. En cambio, los brazos extendidos recuerdan a la posición abierta y relajada que los perros adoptan cuando juegan o están tranquilos. Para ellos, las personas con una posición «abierta» son seres amigos.
«Los movimientos rápidos de las manos les asustan y exasperan. En el pasado, todo lo que se movía rápidamente eran presas o agresores», dice la Dra. Shyan. Por eso los perros se muestran en alerta cuando movemos el cuerpo rápidamente. Se sienten mucho más relajados cuando movemos las manos lenta y conscientemente.
Algunas personas exageran el lenguaje corporal cuando saludan a un perro que no conocen. Apartan las manos para que los perros no las olfateen o los abrazan para mostrarse felices o entusiasmados. El problema no son los movimientos en sí, sino la velocidad y fuerza con la que se ejecutan. Los perros se ponen nerviosos ante la presencia de extraños y pueden interpretar los gestos forzados como amenazas… y actuar consecuentemente.
Movimientos rápidos o sincopados.
Cuando dos perros se ponen en guardia para enfrentarse, se ponen rígidos y tensos y sus movimientos son sincopados y nerviosos. «Los perros captan nuestros movimientos anormales o preocupantes», explica Aiken. «Si hay alguien en la puerta de casa que le hace sentir incómodo y moverse sincopadamente, su perro interceptará esa sensación automáticamente y pensará que algo va mal.» En cambio, si se mueve pausadamente, sabrá que está tranquilo y relajado y él también se tranquilizará.
«Cada perro reacciona de una manera diferente dependiendo de su personalidad, pero la mayoría de ellos se sobresaltará si su dueño comienza de repente a practicar ejercicios o se pelea de broma con alguien», explica Bill Wolden, instructor del programa de relación y entrenamiento de animales exóticos del Moorpark College, Moorpark, California. «Muchos perros se sienten amenazados y entran en estado de alerta hasta que deducen qué está pasando. Se sienten mucho más cómodos cuando uno se mueve a menos velocidad.»
Expresiones faciales.
Los perros y las personas felices tienen la frente relajada y establecen un contacto visual fácil. En cambio, los perros y las personas enfadados, fruñen el ceño y, a veces, lanzan miradas duras. Pero ése es todo el parecido: una sonrisa humana y una canina significan cosas totalmente distintas.
Las personas sonríen cuando están contentas; los perros, en cambio, sonríen, o más bien hacen una mueca, cuando tienen miedo. Suben el labio superior y enseñan los dientes, en un gesto amenazador: es su método de asustar a la causa de su miedo. Los entrenadores recomiendan mantener la boca cerrada o, al menos, no enseñar demasiado los dientes cuando se saluda a un perro extraño con pinta de estar tenso o alerta. Una sonrisa puede resultarle amenazadora y derivar en una agresión por su parte.
«La mayoría de los perros no tarda en aprender que una sonrisa humana es buena señal», añade Mary Welther, adiestradora de San Diego. «El lenguaje corporal que acompaña a una sonrisa humana les ayuda a entender su significado y, en consecuencia, reaccionan positivamente. Si un perro no está seguro de algo y le sonríe, comprenderá que aprueba su comportamiento.»
Muévase como los perros.
La mala comunicación es más común entre extraños. Una vez haya pasado varios años con un perro, ambos sabrán interpretar el lenguaje corporal del otro y no habrá demasiadas sorpresas. No obstante, con un perro nuevo o desconocido, ese mismo lenguaje corporal tan claro para su perro, puede ser recibido con confusión, miradas atónitas o algo peor. Merece la pena conocer algunos signos universales para perros para que las presentaciones sean más amistosas.
- Descienda a su nivel: Dado que a veces los perros utilizan su altura, que exageran estirando las piernas y el cuello, para intimidar a otros perros, creen que las personas actúan del mismo modo y pueden percibir como una afrenta que usted se aproxime y se quede de pie. Un saludo más amistoso consiste en descender a su nivel, ya sea arrodillándose o inclinándose. Cuanto más descienda, más alto y seguro y menos amenazado se sentirá el perro. También es buena idea extender la mano ligeramente para que pueda olfatearla sin estar demasiado cerca. «Los perros husmean a los desconocidos para saber sus intenciones», explica Wolden.
- Vigile las miradas fijas: A los perros no les importa mirar a los ojos de sus amos, pero pueden interpretar una mirada directa, especialmente procedente de un extraño, como una ofensa o una agresión. No pasa nada si mira a un perro extraño a los ojos y ver cómo reacciona, pero no sostenga la mirada más de un segundo. (Si un perro gruñe o actúa agresivamente, evite totalmente el contacto visual.) Cuando se conoce a un perro por primera vez, es mejor desviar la mirada, observarlo de reojo o bajar los ojos cuando el perro intenta establecer contacto visual, que es un modo de decirle «no soy ninguna amenaza, puedes estar tranquilo».
- Acérquese lateralmente: Los perros se saludan olfateándose los traseros, lo cual implica un acercamiento lateral. Aunque es comprensible que no quiera imitar este saludo, aproximarse de lado es un buen método para hacerse amigo de un perro, porque se percibe como un gesto de buena educación entre perros. Si se acerca a un perro frontalmente, puede hacerle sentir incómodo y el animal puede confundir sus atenciones amistosas con una actitud amenazante.
- Deje los sentimientos en el despacho: Es imposible no tener un mal día, pero, si se muestra irritado, su perro puede ponerse extremadamente nervioso. Si abre la puerta con estrépito y entra en casa de manera brusca, su perro puede pensar que la tarde va a ser tensa. O peor aún, lo más probable es que crea que está de mal humor por algo que él ha hecho. «Usted también se pondría nervioso si alguien irrumpiera así en su espacio», dice Aiken. Es imposible forzar el buen humor, pero merece la pena hacer una pausa en el camino e imaginar nuestra entrada desde el punto de vista de nuestro perro.
Fuente: El lenguaje canino; Matthew Hoffman
ESTA MUY BIEN PAZ NARE
ESTA BIEN
PAZ NARE
esta muy bueno espero y pongan mas comentarios
PAZ ATTE. NARE
wowww!
estaa informacionn me dejo impactadaa :|
hahahha ahorA comprendoo mejor a mi perraa aunqe
dice qe evite contacto visual&&yo hago lo contrario && sale mejor :DD
tank’s
Ehi muy buena la informacion
:DD
práctico, lo guardaré entre mis notas..