Todo sobre perros | Cómo cuidar un perro |
El apodo de un perro debería ser «curioso». Algunos no sólo son fisgones, sino que son unos chismosos de primera. Añádale un poco de imprudencia y obtendrá una mezcla que, aunque entrañable, le dará algún algún susto. Si no quiere frenar su curiosidad de por vida, asegúrese de que no sufra ningún problema. «Los perros devoran los medicamentos y se acercan a los coches porque no ven el peligro», anuncia Merry Crimi, veterinaria de Portland, Oregón. Por eso es tan importante vallar la casa y los alrededores, de la misma forma que se instala un pestillo de seguridad para los niños en la casa y en el jardín.
«Los perros usan su boca y su nariz constantemente para investigar el mundo que los rodea -explica la doctora Crimi-. Y poseen una gran habilidad para conseguir cosas de las que nosotros los consideramos incapaces.» El tapón de seguridad de una botella, por ejemplo, no es un impedimento para un perro curioso, y un armario que parece estar bien cerrado puede ser abierto con el hocico con un poco de tiempo y tenacidad. Y una vez consiguen lo que desean, los perros son incapaces de distinguir entre lo que es bueno para ellos y lo que no. Su instinto natural hará que se trague el objeto elegido, ya sea un montón de caracoles o una bolsa de patatas.
Recuerde que cualquier olor o sabor relacionados con el ser humano pueden constituir una atracción irresistible para un perro. No hay más que echar una simple ojeada para ver a uno husmeando felizmente la basura o revolcándose sobre los excrementos.
La creación de un hogar seguro
Para conseguir que su casa sea un lugar seguro para su perro, debe pensar como un perro. Si observa sus costumbres y su respuesta ante diversas situaciones, podrá determinar qué zonas son peligrosas y convertirlas así en lugares seguros. Los siguientes consejos le ayudarán a definir en qué objetos y en qué partes de la casa debe centrar su atención.
Guarde bajo llave los materiales tóxicos.
Los perros sienten afición por las sustancias tóxicas, como el lavavajillas, el queroseno y la pintura. Piense dónde guarda cada cosa y si estos productos están al alcance de su perro.
- Cocina: Los productos de limpieza se suelen guardar debajo del fregadero. Algunos son muy peligrosos para su perro, como los desinfectantes y los detergentes, que deberían estar escondidos en un lugar seguro, a ser posible, en lo alto de una estantería.
- Baño y lavadero: Los detergentes para limpiar el inodoro y el moho pueden dañar el revestimiento de su boca y su garganta. La lejía, el detergente para la ropa y el suavizante son tóxicos y deben estar escondidos. Asegúrese de que no bebe agua del inodoro, ya que puede contener muchas bacterias o aditivos venenosos.
- Cobertizo y patio: El gas, los herbicidas y los pesticidas, sobre todo contra las babosas, son peligrosos. Compruebe que estén fuera de su alcance.
- Garaje: Los garajes están llenos de vertidos de aceite, objetos punzantes y otros utensilios que pueden provocar accidentes. Lo mejor es no dejarle entrar en él si usted no está cerca.
Si desea alojarlo allí temporalmente, no deje botes abiertos de pintura, aguarrás u otras sustancias tóxicas. Friegue bien el suelo. Los perros se sienten muy atraídos por el anticongelante, así que guárdelo bien y compruebe que no haya ningún escape en el coche. No deje tampoco cubos de materiales de limpieza, ya que los perros pueden confundirlos con agua.
Mantenga los medicamentos fuera de su alcance.
Tal vez le resulte práctico tenerlos encima de la mesilla, pero a su perro también le costará poco hacerse con ellos. «Los medicamentos son una de las principales causas de envenenamiento, por lo que deben mantenerse fuera de su alcance. Si lleva alguno en el bolso, asegúrese de que esté siempre cerrado -añade la doctora Crimi-. Los bolsos son una de las fuentes más habituales de este tipo de intoxicación.» Tenga cuidado también cuando se los tome, ya que, si se caen al suelo, los perros pueden tragárselos en un abrir y cerrar de ojos.
Cuidado con los cables eléctricos.
«Para usted son cables eléctricos, pero para su cachorro, o incluso tal vez para su perro ya adulto, pueden ser un juguete. Son peligrosos, ya que si el perro los muerde puede sufrir quemaduras graves en la boca e incluso un paro cardíaco», explica Paul Gigliotti, veterinario de Cleveland. Los cachorros suelen morder los cables y tirar de ellos y, aunque pueden perder la costumbre, algunos nunca consiguen abandonar este hábito. Para evitar problemas, tape o esconda todos los cables que estén a la vista.
Esconda la comida de consumo humano.
La comida, los huesos y los platos recién salidos del horno parecen actuar como imanes cuando un perro está cerca. «Algunos perros que roban un trozo de comida recién hecha sufren quemaduras graves en la boca o, si el trozo es muy grande, pueden llegar incluso a atragantarse», advierte Ron Carsten, veterinario de Glenwood Sprints, Colorado.
El estómago de un perro no soporta cambios repentinos en su dieta, por lo que se debe evitar darle cantidades desmesuradas de comida de consumo humano.
El chocolate, sobre todo fundido, contiene teobromina, muy peligrosa para los perros.
Evite que caiga en la tentación manteniendo la comida fuera de su alcance, aunque sólo abandone la habitación por un momento.
Mantenga tapado el cubo de la basura.
A los perros les encanta husmear en la basura. Los restos de comida o el líquido existente en el fondo de una botella resultan apetecibles a cualquier perro. No deje que se acerque a los cubos de basura y asegúrese de que todos estén cerrados herméticamente.
Cree una barrera.
Si está usando maquinaria con la que su perro (o incluso usted mismo si se distrae) puede hacerse daño, está trabajando con pintura o productos químicos, o los niños están jugando con juguetes pequeños que su perro puede tragarse, es importante que lo mantenga a cierta distancia.
Las vallas infantiles son muy útiles para limitar el acceso a algunas zonas, pero deben ser bastante altas para disuadir a su perro de creerse un buen saltador. La valla no implica apartar a su perro por completo de ese lugar. El animal puede ver cómo accede usted a esa zona, mientras él permanece fuera. En otras ocasiones será mejor encerrarlo para evitar que corra peligro.
Lave con frecuencia.
Lave la alfombra, la manta o el cojín de su perro con agua caliente al menos una vez a la semana. «Si su perro está mucho fuera de casa, sobre todo en zonas boscosas, lave la ropa de cama al menos una vez a la semana», dice la doctora Crimi. El lavado regular de la ropa de cama reduce las pulgas y puede disminuir las tareas del hogar, ya que su perro estará más limpio y se le caerá menos pelo.
Barra el suelo.
Los pelos sueltos esparcidos por el suelo atraen a los ácaros y las pulgas. Si barre o pasa la aspiradora de forma regular, su perro se mantendrá sano.
Déle juguetes especiales para perros.
Cuando le compre un juguete o le deje jugar con los de sus hijos, tenga en cuenta su tamaño. Las pelotas pequeñas y los bloques de construcción pueden introducirse en su garganta. Cómprele juguetes diseñados especialmente para perros. Los calcetines o una pelota hecha con trapos no son juguetes apropiados y pueden provocar asfixia.
Vigile el agua.
Los perros suelen suplir la falta de agua en su recipiente acudiendo al cuarto de baño. Pero como no controlan su equilibrio ni la profundidad del inodoro, si son muy pequeños pueden llegar a ahogarse. Además, su perro puede caer enfermo por causa de las bacterias existentes o sufrir un envenenamiento por los desinfectantes. Baje siempre la tapa del inodoro y conserve su recipiente lleno de agua.
Posea plantas inofensivas.
Tal vez a su perro se le ocurra lamer una planta o comerse sus flores. El muérdago y las flores de Pascua pueden provocarle vómitos y diarrea. No obstante, como sólo comerá un poco, no tendrá que lamentar males mayores.
Sin embargo, puede sufrir un envenenamiento grave si ingiere plantas como la adelfa, las aráceas o la palmera sagú, aunque sólo sea una pequeña cantidad. Los frutos de la palmera sagú pueden causar daños en el hígado. Lleve el perro con correa si sale a dar un paseo por una zona donde se cultiven estas plantas.
Ocúpese del césped.
Por lo general hay que tratar el césped contra las hormigas, las babosas y otros insectos destructivos. Pero no olvide que estos productos químicos provocan los mismos efectos en los perros que en las plagas.
Mantenga a su perro encerrado en su caseta o en otro lugar mientras usa estos productos. Al igual que los de la limpieza del hogar, guárdelos en un lugar elevado y mientras los esté utilizando no le pierda de vista ni un momento.
Acondicione el jardín para su perro.
Proporciónele zonas de sombra y asegúrese de que dispone de mucha agua fresca para beber. Cuando llegue el invierno, ofrézcale un lugar donde resguardarse del frío, el viento, la lluvia y la nieve.
Limpie los objetos de su perro que haya en el jardín cada cierto tiempo, ya que pueden atraer a las moscas y contener parásitos.
Ofrézcale la mayor seguridad.
Valle el jardín o cree una zona de libre acceso segura. Los accidentes de tráfico suelen ser una de las causas principales de las heridas caninas. Compruebe siempre que la puerta del jardín esté bien cerrada antes de dejarle allí toda la tarde. Si le gusta excavar, de una vuelta por el jardín de vez en cuando para comprobar que no ha cavado un hoyo para escaparse. Si decide no poner una valla, compruebe que ese lugar sea suficientemente seguro.
Ponga una valla alrededor de la piscina.
A muchos perros les gusta nadar, pero incluso el mejor nadador puede ahogarse en una piscina. Ponga una valla alrededor y vigile a su perro si éste decide darse un chapuzón.
Fuente: El Veterinario en Casa; Matthew Hoffman