A los perros les es indiferente el servicio de habitaciones o la vista que pueda haber desde el piso 15, y por supuesto tampoco les gusta estar solos en la habitación del hotel durante horas mientras sus dueños hacen turismo. Llevar a un perro a un hotel es todo un reto, no solo para sus compañeros humanos, sino también para los botones y los porteros que han de aguantar quejas por ladridos incesantes, u observar con espanto cómo los visitantes caninos alzan la pata al lado de una planta.
«Si un perro ladra en casa, ladrará el doble en un hotel; y si muerde el sofá, también hará destrozos en la habitación del hotel», dice Steve Dale, locutor de WGN en Chicago, columnista muy leído y autor de Doggone Chicago. «Incluso los perros que se comportan en el hogar se ponen nerviosos cuando visitan sitios nuevos. No solo están en un entorno desconocido sino que también pasan mucho tiempo solos. Si se sienten solos o aburridos, buscarán un modo de desahogarse, ya sea arañando la puerta, ladrando o mordiendo las patas de la mesa.»
«Los perros dan mucha importancia a la rutina -añade Dale- y les cuesta entender que las reglas que siguen en casa no se pueden aplicar en un hotel. Un perro que siempre sale a las 7:00 para hacer sus cosas querrá hacer lo mismo en un hotel aunque, en su cabeza, «afuera» sea el pasillo enmoquetado que hay al abrir la puerta.»
Como prevenir las Paradas de Alivio
Posiblemente el mayor obstáculo en la adaptación social de un perro sean sus aleatorios hábitos urinarios. No necesitan intimidad y pueden confundir fácilmente un amplio suelo enmoquetado con el jardín de casa. Además, todo ese follaje del vestíbulo del hotel no difiere mucho de la hiedra, los arbustos y los árboles que frecuentan en casa, por lo que, como es natural, se forman una idea equivocada.
«Cuando se registre, pida al recepcionista alguna dirección de lugares adaptados para perros», dice Dale. Un hotel cerca del aeropuerto de Obrare en Chicago, por ejemplo, dispone de un jardín donde los perros pueden olisquear y regar las plantas (y, si les interesa, también pueden ver cómo los aviones despegan y aterrizan).
El tener un agradable parque cerca no garantiza que su perro no intente orinar en el camino entre la habitación y el vestíbulo. Para evitar situaciones embarazosas, aquí tiene unos consejos de personas que han aprendido la lección a la fuerza.
No se pare
Los perros, especialmente los machos, pocas veces paran y orinan; normalmente, hacen un olfateo preliminar (el equivalente canino de abrir una revista). Pararse siquiera durante unos segundos mientras está sacando al perro dará a éste una oportunidad para una primera descarga y, si ello ocurre, la segunda no tardará en llegar. «Una vez que le haya puesto la correa y se dirija hacia afuera, no pare. Continúe andando hasta que llegue», dice Gina Spadafori, columnista sobre animales de la agencia de prensa Universal y autora de Dogs for Dummies.
Mueva la correa de un lado a otro
Andar por el vestíbulo de un hotel no es lo mismo que hacerlo por una acera; seguramente encontrará una serie de obstáculos que le harán perder tiempo, como grupos de gente o puertas de ascensor cerradas. Puesto que cada parada da a su perro una oportunidad de hacer lo que no debiera, ha de buscar un modo de forzarle a moverse. La manera más fácil es cambiar de mano la correa constantemente, lo cual le obligará a moverse aunque usted esté quieto.
Haga que mantenga el hocico alzado
No puede enseñar a un perro a que no olfatee, pero sí puede enseñarle a mantener el hocico alzado ya que, para los perros machos, esto mantendrá sus patas traseras en el suelo. «Si no olfatean, no la levantarán», dice Spadafori.
- Con una mano sujete el collar o la correa de su perro. Cuando ande, esté atento para estirar hacia arriba si empieza a olfatear.
- Cuando estire hacia arriba, déle una orden como «no toques» y siga caminando.
- Si su perro mira hacia arriba para ver lo que quiere, recompénselo inmediatamente y siga andando. Con la práctica, su perro aprenderá que la orden «no toques» significa que ha de mirar hacia arriba y seguir andando. Cuanto más rápido camine, menos problemas tendrá.
Como mantener en silencio a un perro en un Hotel
«Los perros desempeñan su papel de protectores de la familia con mucha seriedad, y ladrar forma parte de la labor», dice Chris Walkowicz, juez del club de residencias caninas norteamericanas y autor de The Perfect Match: A Dog Buyer’s Guide. Los perros ladran para alertar a los suyos de todo lo que da miedo, es nuevo o interesante. Eso está muy bien en casa, pero en un hotel todo da miedo, es nuevo e interesante para ellos. Por lo tanto, ladrarán más de lo normal, y los ocupantes de las habitaciones contiguas no dudarán en quejarse, ya sea a usted o al encargado. Más de un cliente ha tenido que buscar un hotel nuevo porque su perro armaba demasiado escándalo.
Los perros aspirantes a adaptarse a la sociedad han de entender que no está bien ladrar en lugares públicos. Gritar «calla» no suele ayudar mucho, ya que los perros lo interpretan como un reto para un concurso de ladridos, y ladrarán más alto para ganar. A continuación se expone una efectiva estrategia ideada por Darlene Arden, autora de The Irrepressible Toy Dog.
- Cuando haya un ruido fuera o alguien se acerque a la puerta y su perro empiece a ladrar, déle algún obsequio después de uno o dos ladridos. Al fin y al cabo, unos pocos ladridos son admisibles, puesto que usted quiere que le informe de posibles intrusos. Por el obsequio, su perro sabrá que usted le ha oído y está satisfecho, y que él no ha de continuar.
- Justo después de haber obsequiado a su perro, déle la orden «siéntate-calla». La orden hará que su perro se centre en usted y no en lo que pueda llamar su atención desde fuera.
- Cuando se siente y pare de ladrar, déle algo de comer. Esto mantendrá su boca ocupada para que no pueda ladrar, y también le recompensará por su obediencia y su silencio.
«Realizar este ejercicio una o dos veces al día durante unas semanas suele ser suficiente para que su perro aprenda a no ladrar a su orden», dice Arden. No lo aprenderá de la noche a la mañana, por lo que tendrán que practicar antes de salir.
Consejos para que un perro no se aburra en un Hotel
Todas las cosas nuevas que el perro ve y huele lo mantendrán entretenido un tiempo. Sin embargo, una vez se desvanece su curiosidad inicial, empezará a aburrirse, sobre todo si se le deja solo durante varias horas. Al igual que un niño, un perro aburrido buscará cosas que hacer, y estas cosas no serán precisamente buenas.
Posiblemente la mejor forma de pasar el rato, desde el punto de vista canino, es mordiendo cosas. En los hoteles, algunos de los objetivos más preciados son mandos a distancia, cojines y patas de mesa. Es difícil evitar que un perro muerda cosas, pues para él es natural hacerlo cuando está aburrido o nervioso. «En lugar de detenerlo, lo único que puede hacer es darle algo más apropiado para que muerda», dice Dale.
«Lleve consigo uno de sus juguetes favoritos que ya esté impregnado con su olor», aconseja Dale. Si su perro no tiene un juguete preferido, experimente para comprobar qué objeto pasa la prueba. Algunos perros morderán cualquier cosa. Otros prefieren morder objetos sintéticos con sabores, como los fabricados por NylaBone. El cuero no es muy apropiado cuando está viajando, ya que muchos perros se tragan los trozos, lo que les puede producir diarrea.
«Quizá quiera dejar la radio o la televisión encendidas, según prefiera el animal» añade Arden. Los perros no escuchan la radio o la televisión, pero los sonidos le serán familiares y le recordarán a su hogar, ayudándole a reducir el aburrimiento y el nerviosismo. Además, estos sonidos acallarán otros ruidos exteriores que suelen aumentar la presión sanguínea de los perros.
Para los perros que se quedan solos, no hay nada mejor que la llegada de un empleado del hotel para pasar un rato divertido. Para éstos, sin embargo, encontrarse con un perro muy impaciente no es tan emocionante. Más de un perro ha aprovechado su llegada para escapar. Arden aconseja colgar el cartel de «No molestar» si va a dejar al perro solo. «No querrá que el perro se vaya de picos pardos mientras usted visita monumentos», comenta.
Como hacer que un perro duerma comodamente en un Hotel
El perro es un animal de costumbres. Le gusta comer y salir a las mismas horas y, por la noche, le gusta dormir en el mismo sitio. «Si su perro tiene una manta o una cama, llévesela», dice Dale. Incluso si en casa no tiene ninguna cama en particular, puede ofrecerle algo que le sea familiar, aunque eso signifique dejar una de sus camisetas usadas en el suelo. Los olores conocidos relajan a un perro más que cualquier otra cosa, por lo que seguramente se acurrucará en la camiseta y se dormirá enseguida.
«En los hoteles no gusta, pero yo no tengo inconveniente en que el perro duerma en la cama mientras esté limpio y sea educado», dice Arden. «Además, si no cambian las sábanas cuando se va un cliente y llega uno nuevo, uno no debería quedarse en ese hotel.»
En hoteles donde no se aceptan clientes caninos a menudo se argumenta que muchos tienen pulgas, y que es muy difícil deshacerse de ellas una vez que están en la habitación. Hay algo de cierto en esto, por lo que debería asegurarse de que su perro no tiene pulgas antes de registrarse. Hoy día existen muchos medicamentos antiparasitarios que su veterinario le puede recomendar, así que las pulgas no deberían ser un problema.
Lo que sí representa un problema difícil es la pérdida del pelo. Todos los perros pierden algo de pelo y algunos pierden bastante. Eliminar estos pelos de moquetas, muebles y cortinas resulta engorroso. Si quiere que su perro (y otros miles que vendrán después) sea bien recibido en el hotel la próxima vez, debería dedicar algunos minutos al día a evitar que su pelo se esparza por todas partes.
- «Si el perro pierde mucho pelo, cepíllelo antes de entrar al hotel», aconseja Dale. «Si dispone de balcón, cepíllelo allí todos los días.»
- Lleve una manta o una sábana de casa y utilícela para cubrir los lugares donde el perro vaya a dormir.
- Antes de abandonar el hotel, limpie la habitación con un cepillo quita-pelos. En las tiendas especializadas encontrará muchos tipos. El quita-pelos Rugger de la marca Mikki, por ejemplo, es un peine que elimina los pelos de las alfombras y de las cortinas. Otras marcas, como Arpe, Axis y Pet Producís, distribuyen cepillos y manoplas.
Como hacer que un perro sienta se sienta dueño de un espacio del Hotel
En Estados Unidos, algunos de los perros con la mejor conducta en casa y de viaje son aquellos que están en circuitos de exhibiciones. Pero incluso estos modélos de las buenas costumbres, a los que ni se les ocurriría ladrar al personal de un hotel o robar bombones, suelen estar en jaulas que sus dueños llevan consigo. «No es que se porten mal si tienen demasiada libertad, sino que las jaulas les ofrecen un lugar familiar en el que se sienten a gusto», dice Arden. «¿No le gustaría viajar con habitación y cama privadas?», añade.
Los que viajan a menudo con perros pequeños prefieren jaulas de material blando porque son más transportables. Las jaulas de alambre y las cestas de muletón son también útiles por el poco espacio que ocupan. «Sin importar la jaula con la que viaje, tendrá que darle tiempo a su perro para que se acostumbre a ella.» Si no, su nueva y reluciente «residencia» le resultará tan extraña como una habitación de hotel.
«Muchos hoteles, dicho sea de paso, prefieren que los perros permanezcan en sus jaulas, y algunos insisten en ello», dice Anne Marie DeStefano, representante del Hotel Pennsylvania en Nueva York, que hospeda a miles de perros que acuden para la exhibición canina del Westminster Kennel Club. «Los perros en jaulas cerradas no causan destrozos y tranquilizan al personal que les tenga miedo. Naturalmente, no todo el mundo quiere encerrar a su perro, por lo que es una norma difícil de imponer.»
«Hay algo más que todo aquél que viaje con perros debería hacer», añade. «El mejor momento para que el perro ande por el hotel es por la mañana temprano, antes de las 7:00.» De esta manera no molestará al resto de clientes. También aconsejamos que use el ascensor de servicio, para evitar que una persona se sienta incómoda al estar al lado de un perro desconocido. «La gente se pone muy nerviosa, sobre todo con los perros grandes», añade.
Los hoteles se amplían continuamente y algunos empiezan a incluir grandes extensiones de jardín. Es normal olvidarse la pala recogedora cuando se está de vacaciones, y también es fácil «olvidarse» de limpiar lo que su perro ha dejado si son las 6:00 de la mañana y no hay nadie más fuera. Al final, el hotel estará tan saturado de quejas que los perros ya no serán bien recibidos, así que no olvide guardarse un par de bolsas en el bolsillo antes de salir.
Fuente: Manual de Educación Canina; Matthew Hoffman